El pasado 30 de mayo de este 2013, el
CEA (Colegio Economistas de Asturias) organizó un Acto para homenajear los 25 años de colegiación en el mismo, haciendo entrega de los Diplomas e Insignias de Honor correspondiente.
En este emotivo reencuentro, tres de los homenajeados fuimos invitados a intervenir en representación del resto.
Esta fue mi intervención.
Decano y Junta Directiva, Organización, compañeros
economistas, familiares y amigos todos.
Al recibir la invitación para dirigirme a vosotros en este
Acto, ya le comuniqué a nuestra compañera Ana Saráchaga que agradecía mucho esta distinción, y
que transmitiese mi agradecimiento al Colegio, lo que en mi caso es más emotivo,
pues me considero un economista “atípico”, al que tener años tiene sus ventajas
como el honor de poder representaros hoy.
Aunque de origen soy Ingeniero Superior de Minas (como se
indicó) siempre sentí una fuerte vocación por la Economía, primero estudiando
el inicial y antiguo IUDE (Técnico Universitario en Ciencias de la Empresa, sito en la
actual Facultad de Pedagogía) y, posteriormente, la carrera de Económicas
pasados mis 30 años, en cuanto tuvimos estudios (que no Facultad) en Oviedo,
aunque tardé en finalizarla algo más de lo debido tanto por razones de tiempo,
como profesionales, familiares,…y también políticas.
Y comencé con la 1ª promoción allá por 1976, con dos grupos,
sin Facultad propiamente dicha, una en
un aula del Seminario (a la que le cayó el techo encima) y la mía en los campos
de deportes del San Gregorio, aunque la finalicé en la actual Facultad: tal vez
algún presente lo recuerde.
Y entre las razones políticas destaco, con sumo orgullo, el
haber sido (como también se ha citado) el primer Consejero de Economía y
Hacienda en la Preautonomía asturiana con Rafael Fernández (+ 2011) como
Presidente, donde intentamos sentar unas bases político-organizativas para la
ulterior redacción y desarrollo del Estatuto Autonómico del Principado, y la
implementación de la novedosa distribución territorial consagrada en el Título
VIII de la Constitución española de 1978.
Y tanto antes del paréntesis político como después, mi
trayectoria profesional estuvo ligada a la minería del carbón, durante muchos
años y en muchos lugares y responsabilidades, donde me fueron muy útiles los
conocimientos adquiridos en la Facultad.
Y os preguntaréis que interés tiene esto para vosotros y los
futuros economistas: pues que la economía, si es vocacional, siempre puede ser
estudiada y, aun siéndolo menos, es de gran utilidad para la empresa y la sociedad, pero también aplicada
a la política aunque previamente aconsejo una formación empresarial u otros
campos unos años, para ser “un economista en la política, y no un político
profesional economista”.
Y como reflexión final, comentaros lo mucho que me indigna,
como a vosotros, esos “analfabetos ignorantes” que se permiten decir aquello de
que “los economistas sólo saben analizar el pasado, pero no predecir el
futuro”, lo cual es una gran sandez pues igual le puede ocurrir, dicho con el
mayor respeto, al médico que diagnostica inadecuadamente, al ingeniero que le
falla un puente, al abogado que pierde un juicio,…porque somos personas humanas,
y la ciencia económica no es exacta.
Pero en estos momentos de crisis económica (también de
valores, moral, ética,.., que sería otra cuestión a comentar), son sobre todo los
economistas, aunque integrados en equipos multidisciplinares, los mejor
preparados para dar solución a los problemas tan complejos y globalizados de
nuestro tiempo: la cláusula “ceteris paribus” se ha desvanecido.
[(Recordar la historia reciente de dos economistas de
Harward, Reinhart y Rogoff que mostraron una correlación empírica tal que los
países cuya deuda pública sobre PIB estaba entre el 60-90% crecía un 3% anual,
mientras que si superaban el 90% decrecían un -0’1% de media, por la denominada
intolerancia a la deuda que generaría una subida radical de las primas de riesgo y obligaría a practicar
ajustes dramáticos para recuperar la solvencia y la credibilidad de los
mercados.
A su vez otros tres economistas de Masachuttes (Hemdom, Ash
y Pollin) descubrieron que la ponderación de los datos había sido hecha a la
ligera, y que lo correcto era que con una deuda superior al 90%/PIB no se
decrecía sino que se crecía al 2’2%, no siendo la reducción brusca sino lineal
y, por tanto, la urgencia del ajuste ya no existía, aparte del error en la hoja
EXCEL de cálculo.
Una controversia interesante para analizar lo que aquí
planteamos.
Ver El Economista de los días 6 (¿Un error inocente?, 11(¿Un
error fatídico?) y 19 (¿Para que sirven los economistas?) de este mes de mayo)]
Hemos dedicado muchos años de estudio a analizar, comprender
y aplicar los conceptos y reglas de las muy diversas materias relacionadas con
la Economía, así como conocer también las diferentes escuelas, ideologías
incluidas, por lo que sabemos que puede haber soluciones mejores pero no una
única.
Os recuerdo los famosos Pactos de la Moncloa de la Transición,
donde los economistas tuvieron un papel primordial, dirigidos por aquel gran
Catedrático que fue Enrique Fuentes Quintana.
No sólo es que la economía está de moda, si no que debéis
sentiros orgullosos, siempre con modestia, de estar titulados en la misma y
poder colaborar de forma decisiva a la mejora de la sociedad que es, en
definitiva, el objeto del avance de las Ciencias, y no sólo la económica,
aunque una cosa es la economía positiva del “lo que debería ser”, y otra la
normativa de “lo que debe ser”.
En definitiva, orgullosos de la profesión pero respetando
siempre la honradez y un código ético y moral en las actuaciones, sintiéndonos
como decía nuestro Decano en su carta “economistas protagonistas de primer
orden de la economía asturiana de los últimos tiempos, bien a través de sus
cargos de responsabilidad en empresas privadas o públicas, o bien como socios
de sus propios negocios”.
Resalto
el folleto de presentación corporativo del CEA (hoy compuesto por 1800
profesionales), que
refleja acertadamente qué somos, qué hacemos y cómo nos sentimos, orgullosos de
ser economistas, y sus ideas conductoras: Talento, Fuerza, Liderazgo, Unión,
Prestigio.
Quiero recordar a mi buen amigo y maestro de generaciones,
el Catedrático de Contabilidad Ricardo Pedreira Pérez, fallecido recientemente,
porque siempre estará ligado a nuestra Facultad y profesión, así como a Luis
Martínez Noval, economista, profesor y ex Ministro de Trabajo.
Resalto mi compromiso con la Economía, con la Facultad y con
el Colegio, y quedo a su/vuestra disposición.
Muchos éxitos para vosotros y los futuros economistas, y
muchas gracias por vuestra atención.