jueves, 29 de septiembre de 2011

*DE MINGLANILLA VENGO...PREGÓN Y FIESTAS PATRONALES*
























Hace algo más de un mes publicaba un Artículo titulado "A Minglanilla voy...Pregón y Fiestas Patronales" que invito a leer, porque en el mismo recordaba aspectos y características de mi querido pueblo de nacimiento, Minglanilla, situado en la provincia castellano-manchega de Cuenca, al sudeste de la misma, en su comarca denominada La Manchuela Alta, y también conocido como "la puerta del Levante" por ser la última localidad conquense enclavada junto al antiguo trayecto de la Nacional III (hoy A3) Madrid-Valencia, a unos 220 y 120 Kms., respectivamente, de dichas localidades.

Además de otras referencias, recomendaba el Libro "Minglanilla: vida, tradición y costumbre", con prólogo de su joven pero veterano Alcalde Rogelio Pardo Gabaldón, resaltando sus recursos turísticos al estar Minglanilla situado en una de las estribaciones más hermosas e inhóspitas del río Cabriel que, con el paso de los tiempos, ha excavado una profunda garganta, y en cuyas orillas se entrelazaron los "Cuchillos o Cuchillares" y las incomparables "Hoces" del citado río, vista inigualable de visita obligada.



Sin olvidar las pinturas rupestres descubiertas en 1987, así como las vistas que se divisan desde "Los Calderones", el paraje mineralógico singular de "Las Salinas", un circo desértico en medio de pinares, donde afloran yacimientos de sal gema, yesos, cuarzos, aragonitos, y unos saludables baños de agua salada, baños medicinales con poderes curativos más que acredidatos en relación con diferentes enfermedades y tratamientos postoperatorios (cicatrices,...).

Y de esta tierra y villa soy originario, de la que siempre presumí, nunca olvidé y siempre recordé: tras muchos años vuelvo de allí con el inmenso honor y la incontenible emoción de haber sido el Pregonero en sus Fiestas patronales del Santítisimo Cristo de la Salud.


El día mayor de las Fiestas fue el pasado 14 de septiembre, pero el Pregón se celebró el 13, desde un balcón de la Casa de la Cultura, en la histórica Plaza del Salero, donde nací, y durante el mismo se me acumularon los recuerdos de tantos años de disfrutarlas, nunca olvidados, siempre en mi memoria.

Y, como prometí, expongo en mi Blog el citado Pregón para quede constancia escrita del mismo, y como homenaje personal a mi querido pueblo.


*MINGLANILLA (CUENCA)-FIESTAS PATRONALES DEL SANTO CRISTO-PREGÓN(13.09.11)*ANTE TODO MINGLANILLEROS-YO SOY UNO DE LOS VUESTROS*

Llevo dos días recorriendo el pueblo y el cambio es espectacular, aunque sus calles conservan para mí el aroma del pasado: y si estoy muy emocionado porque quien hoy tiene el gran honor de ser Pregonero es, ante todo y por encima de todo, ¡uno de los vuestros!.



Saludo al Sr. Alcalde, a los Ediles miembros de la Corporación, populares (Rogelio, Elisa, Pedro, José, Ana Belén y Aurelio) y socialistas (José Luis Valero, Nuria, Miguel, Isabel y Yolanda), a las guapísimas Reina (Rosa Mª) y Damas de Honor, Comisión de Festejos, Autoridades, Amigos, vecinos, minglanilleros todos: os habla uno de los vuestros.


De nuevo en fiestas; dejemos rutinas y problemas, y por unos días festejemos el orgullo de ser minglanilleros: ¡VIVA EL SANTO CRISTO…!


Cuando nuestro Alcalde me indicó la posibilidad de ser Pregonero, le contesté de inmediato diciendo que por el “caché” de Julio Iglesias aceptaría: negociamos y aquí estoy, pero lo rebajé a la costumbre medieval de “el cuarto al pregonero”, esos cuatro maravedíes que desde el siglo XV se ganaban los buenos “voceadores mercantiles”, antecesores de nuestros viejos heraldos.


En serio, esta invitación que os agradezco mucho, me honra y enorgullece colmando una de mis mayores aspiraciones: según un conocido proverbio árabe, en la vida hay que “plantar un árbol, escribir un libro y tener un hijo”: no uno sino 4 hijos tengo, algún libro escribí, y lo del árbol lo cambio por ser Pregonero en mí querido pueblo.


La tradición popular fantasea una leyenda novelesca de una linda joven, llamada Minga y por mote “Galanilla”, a la cual galanteaban varios magnates, y de ahí que el pueblo tomara el nombre de Minglanilla: la historia debió ser real porque la tal “linda joven” representa el antepasado de las muchas agraciadas y salerosas “guachas” que siempre dio esta tierra, y de las innumerables “amistades femeninas” que tenía yo por aquel entonces.


Además de otras referencias, recomiendo el Libro "Minglanilla: Vida, tradición y costumbre" (1998) en el que, además de ampliar la leyenda anterior, cita ya a mi abuelo Indalecio Pérez y su comercio de tejidos, y siendo nuestro personaje más ilustre, el Teniente General Manuel Crespo Cebrián (1792-1868), al que espero superar: pero dejemos la historia y volvamos a lo “nuestro”, al pueblo.


Porque sí, siempre presumí de minglanillero, de situar a mi pueblo en el “mapa”, nacido además aquí mismo en esta Plaza del Salero (algo premonitorio, por lo del ¡salero que decía mi abuela Pilar y por la Ingeniería de Minas que estudié!), en una casa conocida como "las 4 calles", por la confluencia.


Permitirme dedicar un sentido recuerdo a mis familiares, la mayoría ya fallecidos, que simbolizo en dos mujeres: mi tía Fidela, casada con Antonio Pérez “Tonico” el médico del pueblo, uno de aquellos esforzadísimos médicos rurales de entonces, que me ayudó a nacer, mujer de gran simpatía, porte y clase, cuyo aprecio era mutuo, y a la que aún pude visitar poco antes de su fallecimiento, muy longevo por cierto.

Y a mi querida prima Eloisa (“Elo”), aún activa y por muchos años, la mejor persona que he conocido y, como tiene el cielo asegurado, siempre le pido que guarde un poco del mismo a este “pecador” poco arrepentido como yo que, además, le hizo conocer la cueva de la “Santina” en los asturianos montes de Covadonga, epopeya y principio de la Reconquista : Elo representa genuinamente a esta tierra, y a la familia Pardo-Pérez de la que procedemos tanto ella como yo.

Y os confieso un tanto en serio que estoy pensando en retirarme a Minglanilla, ya jubilado, y dedicarme no a la política (tranquilos Rogelio y Valero que no os haré competencia,… ¡o a lo mejor sí!), sino a otras actividades más simples y aún bucólicas como pasear por Las Escuelas, ir a la Fuente Segura, plantar un olivo, comer jugosos melocotones, jugar al mus (con el veterinario, el alcalde y el médico), leer y escribir, charlar placenteramente, ir a Cuenca, La Puebla y Enguidanos, hacerme del Valencia o del Real Madrid, seguir al Minglanilla FC (para compensarlo por cuando saltábamos la valla y nos poníamos, con respeto, como un “Cristo”), …y colaborar en todo lo sea capaz.

Mi biografía ya sido citada por el Alcalde en su presentación y figura también en el Libro de las Fiestas, por lo que sólo quiero resaltar que hay minglanilleros que “andamos” por el mundo que siempre hemos puesto a nuestro pueblo en lo más alto, y yo ahora, ante vosotros, rindo cuentas de esa intención.
Políticamente me sumé de forma muy activa a la Transición, primero como Secretario General en Asturias de Unión de Centro Democrático, aquella UCD presidida por el gran Adolfo Suárez, al que quiero rendir un homenaje de afecto, lealtad y agradecimiento y, posteriormente, como Consejero de Economía y Hacienda del Principado.

Pero volvamos a Minglanilla, citando de nuestro casi paisano, el insigne escritor alcalaíno Miguel de Cervantes Saavedra, su inicio del Quijote: “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo…”, lo que cambio por “en un lugar de La Manchuela, de cuyo nombre si quiero acordarme, Minglanilla y en La Plaza del Salero, nací pero del tiempo mejor no acordarse…”



Viuda de Felipe Checa mi abuela paterna Benigna Sánchez vino aquí con sus hijos, Manuel y Antonio (mi padre), casando ambos con minglanilleras, y dos hijas de la tierra el primero (Goyi y Tere) y yo (Antonio) el segundo, dejando un buen recuerdo en el pueblo: ambos ejercieron aquí de Guardias Civiles del Cuerpo de Carabineros, pero mi padre fue trasladado en 1942 como Sargento-Comandante del puesto de un pueblo de la costa gerundense.



Mis abuelos maternos Pilar de Frías e Indalecio Pérez proceden de muy cerca, Enguidanos y Zarra, y tuvieron 4 hijas aquí: mi madre (Társila-que va a por los 94!), y sus tres longevas hermanas (Maruja, Pilar y Esperanza) que puestas una tras otra casi llegan a los Reyes Católicos: por entonces se “daba a luz” en casa, con médico y comadrona del lugar, y por eso soy minglanillero… ¡y a mucha honra! lo que, como decíamos antes, “imprime carácter”.



Con mi abuela Pilar, de la que guardo un gran recuerdo, pasé aquí muchos veranos consecutivos de mi niñez hasta los 11 años y tengo varios, aunque vagos, recuerdos de mis estancias: desde los juegos en el campo hasta aquel primer cigarrillo de picadura con Pepe Navarro que tan mal nos sentaba, pasando por personajes como el “Capataz” al que acompañaba a la fuente Segura en un burro provisto de cántaros para el agua, y que me enseño los primeros y más sencillos juegos de cartas; o Perico el encargado de proyectar las películas en el cine, manipulando aquellos pesados, peligrosos y numerosos rollos de cinta; o cuando saltábamos la tapia del campo de fútbol y nos poníamos “como un Cristo”; o los juegos en el paseo de las Escuelas, o las tediosas siestas y “teológicas” novenas que mi abuela me procuraba, o las calurosas clases vespertinas de D. Leandro el maestro y el mechero que me regaló ( me recordaba el pueblo y maestro de “La forja de un rebelde”); y las ya iniciales insinuaciones infantiles a las “guachas” que ya asemejaban a su antecedente “galanilla”, o aquel Castor, más ancho que alto, hijo del zapatero (el remendón, no el otro) que nos aterrorizaba hasta que les plantabas cara, o cuando contábamos desde la curva los coches que subían y los que bajaban, o aquellas “cucañas” tan altas… y tantos otros.

Con 15 años volví de nuevo otros diez seguidos, pero sin mi abuela y sólo a estas Fiestas del Cristo, viajando en aquel bus de AutoRes que se movía con su “regular y monótona marcha”, que es el inicio de un relato que comencé a escribir y no pasé de ahí: recuerdo amigos como Valentín (ya fallecido) siempre cansado, o Daniel el del bar, con vocación pictórica y sus chistes que provocaban la hilaridad general (podías contar aquel de ¿cómo está el rey?), o José Luis el hijo del “tele y las madrugadas” con cuyo abuelo tengo una foto en la Plaza de toros muy evocadora, o Pepito llamado así por su 1’90, que además tenía un 600 lo que “implicaba” aún más amistad, aparte de otras cosas que no puedo contar aquí.

Fueron muy buenos tiempos aquellos de Minglanilla, de las Fiestas del Cristo, de los guateques en la terraza de Pepito y también algunos en La Puebla en casa de los tíos Pedro y Pilar, del baile frente al cine, y del cine frente al baile, de la víspera y de las “carretillas” de la calle Real, de la Plaza del Salero, de las meriendas vespertinas, del Paseo de las Escuelas, de las vueltas de ”madrugada”, del fútbol, de los toros,…,
Y del ¡Dúo Dinámico! que marcó a toda nuestra generación, y del Twist,...

Y también de los primeros “escarceos” juveniles (pasados ya los infantiles), a la vista de tanta “galanilla” como Maribel, Margarita, Carmen, Nati, Ana, Mª Gloria, Esperanza, Concha, Mª Carmen y tantas otras: así se iniciaron los primeros amores y también las primeras decepciones y que, al final, nos "arrebataron" otros no minglanilleros, aunque algunos próximos como Luis el de "Priego", y se le perdona.

La Minglanilla de aquel entonces podía ser la de Berlanga en “Bienvenido Mr. Marshall”, con sabor a castellano nuevo y viejo, con intensivo trabajo en los campos, también de la inmigración motivada por la construcción del Pantano de Contreras, que tanto incrementó la población, y de la emigración a las ciudades, con calles sin asfaltar, con un baile descubierto y rudimentario y un cine de “época”,…, muy diferente a lo cuidado y moderno de ahora, pero que no cambiaríamos por aquello, ¿no es así?.

Espero haber “removido” vuestros recuerdos, e iniciar los de los jóvenes que irán atesorando en su memoria los suyos propios, porque la juventud vive de la esperanza y los mayores del recuerdo: “Recordar es volver a nacer, viendo nuevos horizontes que el camino me hizo andar”.

Quiero hacer dos últimas referencias:

Una política, no partidista, que espero me permitáis por “veteranía”, sugiriendo a toda la Corporación, tanto a la “leal” oposición como al gobierno que trabajen con ilusión y colaboren, mutua y recíprocamente, porque ello redundará muy beneficiosamente para nuestro pueblo, volviendo al ejemplo y consenso de la Transición.

Otra a la Juventud actual, de la que ya tengo muchos amigos en Facebook, sin demagogias, porque es la que más disfruta –y hemos disfrutado- las fiestas: olvidar por unos días los problemas, agudizados en estos tiempos, y divertiros porque ello formará parte siempre de vuestros recuerdos, de vuestro acervo juvenil y cultural, sed los protagonistas…pues ¡qué pronto pasan los años!

Y ¡cómo no! recordar a mi generación, la del Dúo Dinámico, dedicándole aquellos maravillosos versos de Wordsworth en el magnífico film “Esplendor en la hierba”, donde una nerviosa y melancólica Natalie Wood lee en voz alta en clase, antes de romper a llorar:
“Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba.

Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba,

de la gloria en las flores, no hay que afligirse.

Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo.....”


Recordad que Minglanilla debe ser el escaparate del mundo: que sus ciudadanos tomen conciencia de la grandeza de nuestra tierra, pues el castellano-manchego es muy quijote y mira hacia otras lindes, sin pararse a pensar en su propia tierra; debe sentirse orgulloso de sus propias raíces y tradiciones, como sucede en otras regiones de España.

¡Minglanilleros, todo os lo he dicho desde el corazón, porque fui, soy y seré siempre uno de los vuestros: mantener la vinculación con el pueblo y seguir trabajando por su presente y su futuro.


¡Y ahora a divertirse a tope, que el Santo Patrón nos perdonará algún exceso!


¡Viva el Santo Cristo, Viva Minglanilla!

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