viernes, 25 de diciembre de 2015

MINERÍA DEL CARBÓN-EL ALFA Y EL OMEGA




Minería del carbón: el alfa y el omega
(Por Antonio Checa Pérez, Ingeniero de Minas y Economista)
El carbón es un sector intervenido y por el que los ciudadanos pagamos dos veces, una como contribuyentes y otra como consumidores eléctricos
(Publicado en el Diario El Comercio-Asturias/15.12.15)

(El autor, Ingeniero Jefe/Director Facultativo del Pozo Entrego de HUNOSA-Asturias)





Estamos en campaña electoral y se cita de nuevo el asunto del carbón autóctono. Esta es mi opinión. En julio del pasado 2012, el sector carbonífero español se «agitó» por el recorte presupuestario dada la situación económica, a pesar de existir un Plan Nacional de Reserva Estratégica del Carbón 2006-2012 y un nuevo modelo de desarrollo integral y sostenible de las comarcas mineras, cuyo final coincidía con tal año. Ya opiné entonces respecto del error político cometido. Además, el sector se rige por la Decisión Comunitaria del Consejo de 10 de diciembre de 2010 (210/787/UE), relativa a las ‘Ayudas destinas a facilitar el cierre de minas de carbón no competitivas’. Al preguntar por la ingente cantidad de fondos mineros recibidos durante más de veinte años, cuyo objeto exclusivo y finalista era la reconversión o creación de puestos de trabajo estables en las comarcas mineras, no sólo no se ha dado una respuesta, sino que, además, parece haber vetos –muy inadecuados– a la libertad de expresión y a la pluralidad.

Es una cuestión relevante porque reconversiones se hicieron en toda la Unión Europea (UE) y son conocidas en el Principado, en el que no parece que se adaptaran y aplicaran esos conocimientos con rigor y eficacia, a pesar de la inestimable actuación y apoyo de la Asociación Española de Municipios Mineros del Carbón (ACOM). Tal vez el Parlamento asturiano, su Junta General, tome interés por este asunto.

A finales de los 80 del pasado siglo, la oferta de Carlos Solchaga de una cantidad millonaria para cerrar la minería originó a una gran protesta simbolizada con el encierro, en el pozo Barredo, del SOMA y CC OO en período navideño. Contaba HUNOSA con unos 25.000 mineros, que, además de otros tres trabajadores indirectos e inducidos por cada uno directo, suponía que las cuencas vivían casi en exclusiva del sector, por lo que se las abocaba a un paro enorme durante un largo período. 
Se llegó al acuerdo de elaborar planes plurianuales en los que se irían reduciendo plantilla y producción junto a una selección del yacimiento para facilitar la mecanización, la mejora de la calidad del carbón y la disminución de los costes, así como inversiones en seguridad, I+D...

Los costes entonces eran muy elevados, de unas 40.000 pesetas/Tm. (240 euros), frente al carbón importado de fácil suministro por su abundancia geográfica y que, además de su mejor calidad, podía descargarse en el puerto de El Musel a unas 4.000 pesetas/Tm. (24 euros, fletes incluidos), es decir, diez veces menos que el autóctono.

Con estos planes se ha disfrutado de una ‘paz social’ desconocida, quedando HUNOSA hoy con unos 1.500 trabajadores. Es decir, todos se han esforzado en garantizar los planes, pero ya dije que la aplicación ineficiente de los fondos mineros ha impedido los efectos beneficiosos de la reconversión en más de veinte años, lo cual es un gran problema actual.

El problema es que el carbón autóctono no se consume y se ‘apila’ en montañas (que ahora ‘merman’ o desaparecen), al tiempo que las eléctricas no lo quemarán si no reciben nuevas ayudas recogidas en un real decreto. Es decir, el carbón es un sector intervenido y por el que los ciudadanos pagamos dos veces, una como contribuyentes (ayudas a la producción de los planes) y otra como consumidores eléctricos.

Propondría, pues, que en el horizonte comunitario de 2018 se conformase un marco en el que productores (empresas) y consumidores (eléctricas) negociaran las condiciones de su dependencia mutua, en tanto que la Administración se encargue de velar para que esa negociación pueda realizarse en condiciones equiparables.

Aunque la Decisión 2010 prohíbe las ayudas al funcionamiento a partir del 2018, el artículo 194 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), así como las directivas del mercado interior de la electricidad (consumo), permiten que España introduzca OSP (Obligaciones de Servicio Público) a las térmicas para que quemen, prioritariamente, carbón autóctono y con ciertas condiciones, una de las cuales podría ser que este carbón se pague a un precio algo superior al de importación.

Una adecuada ‘actuación’ gubernamental puede actuar de catalizador (sobreprecio u otras) que podría incluso no ser considerada como ayuda de Estado aplicable a las OSP si se respetan ciertas condiciones, siendo factible que una parte del sector pueda continuar después de 2018. 

También se podría fijar un límite de trabajadores/toneladas para «seguridad de abastecimiento autóctono», compatibles con las normas comunitarias, a determinar según diversos parámetros (reservas, mix energético, evolución, aspectos sociales, comarcales y medioambientales...). Y respecto a los fondos mineros para reconversión se podían buscar fórmulas de ayudas a corto y medio plazo, desinversiones actuales, etcétera, sin que se retrasen estos pagos ni el resto de las ayudas, incluido un plan de prejubilaciones.

El asunto es complejo, pero es preferible acuerdos a confrontar. Según un joven asturiano, «ya se ha perdido una generación entera que trabajamos fuera... y esperemos que no vaya a más».

Tengo el mayor afecto y respeto por la gran familia minera, a la que me siento muy orgulloso de pertenecer: unas buenas negociaciones pueden propiciar un omega o final pactado de reducción del carbón, cuyo alfa o inicio colaboró a la mayor expansión industrial conocida


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